jueves, 4 de diciembre de 2008

Hoy es martes y 13. A pesar de lo que pudiera parecer no ha sido un mal día... pero estoy preocupado. Desde que me levanté me he sentido inquieto. He tenido una sensación de agobio y destrucción en mi mundo vital. Es como si un gusano estuviera comiendose la manzana que me salvará del hambre. .::

: Estoy pensando que quizás hay algo cercano que me afecta. Quizás siento el aura de un acontecimiento doloroso, o feliz, que se acerca a gran velocidad. Pero por mala suerte, martes y 13, solo puedo pensar que es del tipo dañino. .::

: Veo un corredor oscuro, como de un colegio. Las luces de fluorescentes se encuentran apagadas... quizás no hay luz o quizás simplemente se han fundido con el paso del tiempo y su falta de uso. Las paredes se desconchan con el tiempo y las grietas se dividen al igual que un disconforme telar de araña. Al fondo solo veo oscuridad... un gran lago de oscuridad que baña cada elemento y lo empapa de un frescor sobrio de invierno. No veo luz al fondo del pasillo... no merezco tener el camino iluminado. .::

: Evitando hacer eco de mi cobardia y negativismo me enfrento a mis temores y penetro en las aguas de la negrura. La poca luz que supuestamente entraba desde algun recojo, seguramente proveniente de una gran luna llena, se iba dispersando y ensombreciendo con el número creciente de mis pisadas. No puedo parar de andar ahora que me encuentro en movimiento... estoy perdiendome y siento que llegará un instante en que no podré encontrar el camino de vuelta. .::

: ¿Estoy muerto? Me siento solo... pero aún respiro. Suspiro intentando buscar figuras entre mi gran lienzo negro. Pintar con colores alguna forma... algun ritmo... algun recuerdo que me haga sentirme calido, luchando contra un frio que poco a poco cala más en mis huesos y me clava en el olvido. .::

: Maldita imaginación. Era de esperar que esta situación fuera un cordero ante el lobo para ella. Ahora la veo... la veo... andando delante mía. Su figura es exacta a tal como la estuve siempre imaginando... por años soñando... contemplando en fantasía infinitas de sentimientos ansiados y nunca contemplados. Su caminar, sinuoso, insinuante, se marca en el suelo como pisadas de luz... dejando marcas tan profundas que podría seguirlas el resto de mi vida. Su pelo no tiene medida, corto en momentos, infinito en instantes. La luz desaparecida se encuentra perdida entre cabello y cabello, como si tras todos ellos se hubiera refugiado la luna esperando un nuevo cielo. Sus caderas se mueven al ritmo del vayven de un sonido dulce y tictagueoso, una intermitencia que silba en mis oidos como el viento acariciando el más alto pinar. Su espalda termina en una cintura delicada y definida, una piel suave la cual desear acariciar... la cual desear besar... la cual desearía formara parte de un abrazo eterno junto la mia. .::

: El tiempo y el destino me alejan ahora de ella... me vuelven a acercar... me hacen perder la esperanza para posteriormente ganarla. Solo deseo ver su cara... poderla besar... mirar con antención sus pupilas y descubrir un nuevo mundo. Necesito acercarme lo suficiente como para rodearla con mis brazos. .::

: Ahora sueño dentro de mi propio sueño... y la veo ante mí. No puedo ni mirarle su bella faz pues me encuentro cegado por sus dos lunas de esplendor nocturno. Dos cuerpos celestes que emergen de un lago de nacar y me muestran un nuevo atardecer sin sol. Me arrodillo ante ella y deslizo su mano sobre la mia. Acercandola con cuidado a mí consigo que mis labios se adormezcan sobre su delicada y fresca piel... un frio que termina bañandome de calor. Y ahora que me encuentro tan tranquilo... al fin tengo el coraje para alzar mi mirada... para disfrutar de lo más bello, un angel, sus dos grandes alas, sus lindos ojos mirandome... soy solo para su mirada... solo para ella... y para nadie más. .::

martes, 2 de diciembre de 2008




Estructura y funcionamiento de las plantas

Las plantas, al igual que todos los seres vivos, están compuestas por células agrupadas en tejidos. Éstos pueden ser clasificados de muchas formas, pero existen cuatro grupos muy importantes: meristemáticos, fundamentales, protectores y vasculares.

Los tejidos meristemáticos se ubican en los puntos de crecimiento terminales, y son un grupo muy activo de células que se dividen constantemente a gran velocidad y son las responsables del crecimiento de la planta. De ahí su gran importancia.

Los tejidos fundamentales cumplen la función de agruparse y formar la masa más blanda de la planta. Los tejidos protectores, en cambio, son aquellos que se ubican en el exterior de la planta, entregándole firmeza y evitando en gran parte la pérdida de agua.

Los tejidos vasculares, por su parte, son tejidos conductores y se subdividen según su función: se llama xilema al encargado de distribuir el agua a través de la planta, mientras que el tejido encargado de conducir a través de la planta el alimento elaborado luego de la fotosíntesis se llama floema.

Sobre la estructura externa o morfología se puede señalar que la mayoría de las plantas poseen cuatro estructuras básicas; la raíz, el tallo, hojas y flores.


La raíz es la encargada de absorber el agua y los nutrientes en la planta, además de fijarla al suelo. Existen distintos tipos de raíces, pero las más comunes son las fibrosas y las primarias.

El tallo, por su parte, le entrega la estructura a la planta. Desde él salen las hojas de una parte llamada nudo.

Las hojas permiten a las plantas captar la luz solar para realizar el proceso de fotosíntesis, que más adelante veremos. Además, a través de ellas la planta libera agua y también oxígeno a la atmósfera, mediante un proceso llamado evapo-transpiración.

Por último, las flores representan la estructura reproductiva de muchas plantas. Están formadas por sépalos, que son estructuras protectoras que forman el cáliz, sobre éstos se encuentran los pétalos formando la corola y dentro de ésta se localizan los estambres, órganos reproductores masculinos y en cuya punta, llamada antera, se forma el polen. En el centro de la flor está el pistilo, órgano reproductor femenino, y en el cual, ayudado por algún insecto, entrará el polen para producir el proceso de polinización.



La Taxonomía (del griego ταξις, taxis, "ordenamiento", y νομος, nomos, "norma" o "regla") es, en su sentido más general, la ciencia de la clasificación. Habitualmente, se emplea el término para designar a la taxonomía biológica, la ciencia de ordenar a los organismos en un sistema de clasificación compuesto por una jerarquía de taxones anidados.


Los árboles filogenéticos tienen forma de dendrogramas. Cada nodo del dendrograma se corresponde con un clado.La Taxonomía Biológica es una subdisciplina de la Biología Sistemática, que estudia las relaciones de parentesco entre los organismos y su historia evolutiva. Actualmente, la Taxonomía actúa después de haberse resuelto el árbol filogenético de los organismos estudiados, esto es, una vez que están resueltos los clados, o ramas evolutivas, en función de las relaciones de parentesco entre ellos.

En la actualidad existe el consenso en la comunidad científica de que la clasificación debe ser enteramente consistente con lo que se sabe de la filogenia de los taxones, ya que sólo entonces dará el servicio que se espera de ella al resto de las ramas de la Biología (ver por ejemplo Soltis y Soltis 2003[1] ), pero hay escuelas dentro de la Biología Sistemática que definen con matices diferentes la manera en que la clasificación debe corresponderse con la filogenia conocida.

Más allá de la escuela que la defina, el fin último de la Taxonomía es organizar al árbol filogenético en un sistema de clasificación. Para ello, la escuela cladística (la que predomina hoy en día) convierte a los clados en taxones. Un taxón es un clado al que fue asignada una categoría taxonómica, al que se otorgó un nombre en latín, del que se hizo una descripción, al que se asoció a un ejemplar "tipo", y que fue publicado en una revista científica. Cuando se hace todo esto, el taxón tiene un nombre correcto. La Nomenclatura es la subdisciplina que se ocupa de reglamentar estos pasos, y se ocupa de que se atengan a los principios de nomenclatura. Los sistemas de clasificación que nacen como resultado, funcionan como contenedores de información por un lado, y como predictores por otro.

Una vez que está terminada la clasificación de un taxón, se extraen los caracteres diagnósticos de cada uno de sus miembros, y sobre esa base se confeccionan claves dicotómicas de identificación, las cuales son utilizadas en la tarea de la determinación o identificación de organismos, que ubica a un organismo desconocido en un taxón conocido del sistema de clasificación dado. La Determinación o identificación es además la especialidad, dentro de la taxonomía, que se ocupa de los principios de elaboración de las claves dicotómicas y otros instrumentos dirigidos al mismo fin.

Las normas que regulan la creación de los sistemas de clasificación son en parte convenciones más o menos arbitrarias. Para comprender estas arbitrariedades (por ejemplo, la nomenclatura binominal de las especies y la uninominal de las categorías superiores a especie, o también la cantidad de categorías taxonómicas y los nombres de las mismas) es necesario estudiar la historia de la Taxonomía, que nos ha dejado como herencia los Códigos Internacionales de Nomenclatura a cuyas reglas técnicas deben atenerse los sistemas de clasificación.

La nueva crisis de biodiversidad, los avances en el análisis del ADN, y la posibilidad de intercambiar información a través de Internet, han dado un enorme impulso a esta ciencia en la década de 2000, y han generado un debate acerca de la necesidad de hacer reformas sustanciales a los Códigos, que aún se están discutiendo. Algunos ejemplos de nuevas propuestas son la "Taxonomía libre de rangos", las "marcas de ADN"